Sevilla es una de las ciudades más bellas que existen en nuestro país y es que cuenta, entre otros atractivos, con un gran conjunto de monumentos y edificaciones históricas que son una auténtica maravilla y que son un perfecto ejemplo del mejor arte realizado a lo largo de la Historia.
Entre dichos espacios de gran interés hay que destacar la afamada Plaza de España que se realizó como el proyecto más importante dentro de lo que fue la Exposición Iberoamericana de 1929 que se celebró en la mencionada ciudad hispalense. El arquitecto local Aníbal González fue el que firmó el mismo.
Una forma semielíptica y un total de 200 metros de diámetro son dos de las señas de identidad de este enclave que cuenta con 50.000 metros cuadrados. Mirando hacia el Guadalquivir y diseñaba como un simbólico abrazo de nuestro país a las colonias sudamericanas así fue diseñada esta citada plaza que tiene un canal de algo más de 500 metros, con cuatro puentes que representan los cuatro reinos de España.
Ladrillo visto y cerámica son dos de los materiales utilizados en la construcción de este espacio que cuenta con una serie de edificaciones de postín con aire renacentista así como un espectacular puente, una gran fuente central y dos torres barrocas que alcanzan los 74 metros de altura.
Muy significativo y una de las fotos habituales de todos lo turistas que llegan a esta Plaza de España es posar ante los bancos que delimitan la misma y que albergan las diversas provincias de nuestro país.
